El caso de Eulalia García Maturey parece la trama de un libro de Gabriel García Marquez. La centenaria mujer ha necesitado de cien años para lograr que el país, al que llegó en brazos de su madre con apenas un añito, le diera la añorada legalización.
Quien le iba a decir a la madre de Eulalia, allá en el lejano 1909, que su viaje desde México, en barco a través del río Grande, hacia la tierra donde anhelaba realizar su sueño americano no se concluiría para su hija hasta el día de hoy, a un siglo de distancia.
La señora Eulalia vive en Texas, estado que ha regularizado su posición.
La mujer ha dicho: "quiero vivir los días que me quedan como ciudadana americana".
Una cosa es cierta: una persona que ha vivido en un país tanto tiempo como Eulalia es más norteamericana que muchos otros.
La señora Eulalia vive en Texas, estado que ha regularizado su posición.
La mujer ha dicho: "quiero vivir los días que me quedan como ciudadana americana".
Una cosa es cierta: una persona que ha vivido en un país tanto tiempo como Eulalia es más norteamericana que muchos otros.
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