Amigos, tengo una idea que me martilla la cabeza desde hace unos meses: quiero cambiar mi trabajo.
Nada de extraño pensarás, millones de personas odian el propio empleo y luchan cada mañana con la idea de dejarlo todo de lado, entregar la renuncia en la oficina competente y alejarse lo más posible de ese lugar que no nos gusta, ya sea por el tipo de trabajo o por los colegas con los que nos vemos obligados a compartir nuestro tiempo diario.
Esta es otra cosa: el tiempo, que no es poco, si pensamos que la mayoría de nosotros comparte más horas diarias con ellos que con los propios hijos, parejas o parientes en general.
¿Saben cómo logro soportar la rutina diaria? Pienso positivo y me proyecto con la mente al futuro. Así como lees. A veces conviene ver los puntos lejanos o cercanos a los que queremos llegar y para los que el dinero que producimos son fundamentales. Por ejemplo, imagina si no trabajas: no pagas las facturas, nada de vacaciones, vestidos nuevos cero, cancela las cenas en buenos restaurantes y olvida los regalos a tus seres queridos.
Y esto es lo de menos: ¿la comida diaria? ¿tus sueños en general?
La verdad, después de este desahogo me siento mejor.
Definitivamente, el lunes pondré otra cara cuando me toque volver a mi sede de trabajo ¿y tu?
Nada de extraño pensarás, millones de personas odian el propio empleo y luchan cada mañana con la idea de dejarlo todo de lado, entregar la renuncia en la oficina competente y alejarse lo más posible de ese lugar que no nos gusta, ya sea por el tipo de trabajo o por los colegas con los que nos vemos obligados a compartir nuestro tiempo diario.
Esta es otra cosa: el tiempo, que no es poco, si pensamos que la mayoría de nosotros comparte más horas diarias con ellos que con los propios hijos, parejas o parientes en general.
¿Saben cómo logro soportar la rutina diaria? Pienso positivo y me proyecto con la mente al futuro. Así como lees. A veces conviene ver los puntos lejanos o cercanos a los que queremos llegar y para los que el dinero que producimos son fundamentales. Por ejemplo, imagina si no trabajas: no pagas las facturas, nada de vacaciones, vestidos nuevos cero, cancela las cenas en buenos restaurantes y olvida los regalos a tus seres queridos.
Y esto es lo de menos: ¿la comida diaria? ¿tus sueños en general?
La verdad, después de este desahogo me siento mejor.
Definitivamente, el lunes pondré otra cara cuando me toque volver a mi sede de trabajo ¿y tu?
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