El jueves 24 de
enero haciendo un control mamario me diagnosticaron el cáncer.
Estas últimas
semanas han sido un constante correr de mi casa al hospital para hacer los
análisis que me habrían revelado la malignidad del tumor. No obstante la
gravedad de la situación he logrado mantener la calma, la aptitud positiva y el
sonriso. El poder hacer todo yo misma visitando todos los médicos implicados,
haciendo preguntas directas para entender cómo luchar contra mi mal y
comprendiendo cuál procedimiento sería el más adapto a mi persona, me han
ayudado a no dejar que la depresión envolviera mi corazón.
El lunes 11 de
marzo enfrenté la primera etapa de este largo viaje. La operación, que duró
casi cuatro horas, fue todo un éxito y mi recuperación tan rápida che ya el viernes
15 estaba cómodamente recostada en el sofá de la sala de mi casa.
Mi aventura
contra el cáncer no ha terminado aún. Viene un período de quimioterapia y una segunda
operación de reconstrucción plástica. Sé que será difícil pero no desistiré. Venceré.
Lo sé que así será.
Gracias a todos
mis familiares y amigos por las llamadas, las oraciones y las demostraciones de
amor que me han reservado en estas semanas. Sin ustedes no habría tenido las
fuerzas de combatir esta maldita enfermedad. Espero vuestras vidas sean
bendecidas con el amor y la salud que merecen y que tanto me han deseado estos
días.
Al final me permito
de dar un consejo: hagan un control mamario regular, sin importar el sexo. He leído
que el 1% de los casos de cáncer al seno son hombres. Yo lo descubrí por
casualidad y gracias a Dios puedo decir que fue a tiempo.
Todavía tengo que
recorrer mucho camino antes de decir que estoy curada pero tengo fe en que todo
saldrá bien y de que me quedan muchos años de vida por delante.