Quien vuelve de un viaje, no es la misma persona que partió.
- Proverbio Chino -


sábado, 17 de marzo de 2012

George Clooney arrestado

George Clooney (Lexington, 6 mayo 1961) Actor, director, escenografo y productor cinematográfico estadounidense, vencedor de tres Golden Globe y un Oscar.
Cuando se lee que George Clooney viene arrestado te saltan a la memoria escandalosas escenas típicas de las estrellas de Hollywood a las que estamos acostumbrados.
Quién no recuerda el rostro pálido de Lindsay Lohan cuando fue condenada por conducir bajo los efectos del alcohol.
O del mega papi Johnny Depp que nos sorprendió en los inicios de su carrera destrozando la habitación de un hotel (se dice que recayó en sus problemas con la bebida).
No se queda atrás a la pantera negra de la moda Naomi Campbell que golpeaba a sus domesticas y a la que hicieron bajar de un avión por su comportamiento violento con el personal de vuelo.
Winora Rider por robar en una tienda hizo una de las peores figuras de todos los tiempos.
Hugh Grant por obscenidades en público dejó con la boca abierta a mitad de las mujeres del mundo, que como yo lo admiraban por su rara belleza inglesa.
Russel Crowe, Michael Jackson, Britney Spears... y la lista es tan larga como la famosa Route 66.
Pero el bello Clooney no es uno del montón y se hizo arrestar por motivos humanitarios, pues se encontraba delante de la Embajada del Sudán protestando contra el régimen de Omaral-Bashir acusado de provocar una crisis humanitaria del momento que impide a productos alimentarios y ayuda medica de entrar en las zonas de la montañas de Nuba,  región confinante con el sur del Sudán. 
Claro, si yo me hubiera hecho arrestar los medios de comunicación de todo el globo no hubieran hecho conocer la noticia, pero siendo un personaje de la altura de George el mundo entero dirigió sus reflectores hacia ese pequeño punto de territorio de Washington, USA, solo para comprender el gran  corazón y el estupendo potencial humano que encierra un personaje que para muchos de nosotros pertenece más a la ficción de la pantalla gigante que a nuestra realidad de simples mortales.
¡Grande George!

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