Admito que tengo una pasión desmesurada por la escritura. Me paso mucho tiempo dentro de mi pequeño mundo de fantasía e imaginación, de donde no salgo tan voluntariamente como quisiera – o debiera – visto que en el me he construído una realidad toda mía, la cual cambia a según de la historia que crece en mi interior cada vez que viajo dentro del vientre de mi ballena personal.
A veces me encuentro ha tener que tomar decisiones importantes, quizás ridículas a la vista de algunos, para poder terminar – o comenzar – de plasmar mis ideas del abstracto a la hoja en blanco.
Por supuesto, no diré ni el contexto ni el tipo de decisión y espero que los muchos que me leen no adivinen mi pequeño pecado tanto más al pensar que me pueden volver a servir en un futuro próximo. Y yo confió que sea así, por el bien de los muchos personajes prisioneros en mi que luchan desesperadamente por salir y, claro está, por el bien de mi estabilidad psicologica.
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