Quien vuelve de un viaje, no es la misma persona que partió.
- Proverbio Chino -


lunes, 25 de abril de 2011

Planificar para llegar a la meta


Desde hace unos años me vengo concentrando en mi carrera de escritora, si se puede llamar así. Comenzó como un simple sueño en una noche fría de invierno, que la mañana siguiente sencillamente no desapareció de mis pensamientos; continuó a martillándome hasta que no cogí el lápiz y comencé a escribir. No puedo decir que hice un best seller, pasó mucho tiempo (y otros dos libros) para que mi escritura resultara fluida y comprensible, que pudiera transmitir mis sentimientos tal cual como mi corazón lo sentía.

Claro, por el solo hecho de escribir no di a conocer a nadie mis historias. No, al contrario, desde ese día una parte de mí - frustrada y ansiosa - inició una lucha interna, y externa, para hacerme conocer. Primero con la exhaustiva tarea de conseguir un agente literario; una vez llegada a la meta me tocaba tener tanta, pero tanta, paciencia para encontrar editor. Después de dos años, nada. Propuestas: Cero. ¡Que frustración!

Cuando estuve a punto de dejarme vencer por el desánimo, algo cambió. Comencé a darme cuenta que mi último libro realmente me gustaba y no me daba la gana de dejar que las telas de arañas lo arruinaran en un cajón de mi escritorio.

Comencé a pensar en cómo venderme yo misma, enviando propuestas a las editoriales que dan espacio a escritores emergentes. Creé un blog, me inscribí a Facebook, Twitter y Youtube. Por medio de la tecnología comencé a imaginar mis letras traducidas a decenas de idiomas. Eso me abrió el apetito de la fama, pero la buena; ese deseo, fuerte y enérgico, de ser leída. Llené un poquito ese espacio a través de mis artículos de blog, que en sólo unos pocos meses es súper leído.

¿Por qué escribo todo esto? Una: para recordarme la meta que me he propuesto de hacer conocer mi trabajo de escritura en el mundo, hispano y no. Dos: hacer ver a otros como un granito de arena (la creatividad), una sana motivación, tanto trabajo y esfuerzo, un poco de fortuna y una correcta visual, con la debida planificación, de la meta a la que se desea llegar impulsa a encontrar los más disparatados medios para poder realizar nuestros sueños.

Sigue soñando. Tu oportunidad - y la mía - llegará.

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