Hoy, una de mis habituales reflexiones semanales inicia con esta brillante frase: falta poco. ¿Sabes cuántas veces en mi vida me han dicho estas palabras? Ninguna.
Y es que cuando alguien desea dejarte en standbye, en otras palabras "colgado" ni aquí ni allá no te asegura que falta poco, no señor. Todo el contrario.
Por eso cuando el eco del sonido de esta frase llega a tus oídos, sin importar cual sea el motivo por el que esperas, sabes que una algo se cuece en la hoya. Entiendes que estas palabras proféticas traen detrás fortuna.¿Excesivo positivismo? no lo sé, pero que malo me puede hacer creer, esperar. Tantos otros en el mundo tienen fe en estatuas inanimadas, en cuadros cristalizados, en profecías antiguas como el universo o en corrientes de agua sagradas. No niego mi fe en algunos de estos, aunque si para ayudar a la suerte pongo mi confianza en la esperanza que no me tocará toda una vida cargada de problemas, inquietudes y dolores. El día llegará también para mi.
Veo el rayo de luz que ilumina el camino delante de mi y en mi mente visualizo la frase escrita con fuego: falta poco.
Cree tu también.
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